Jesús Ramón Cairo, hombre de espíritu inquieto y emprendedor, observa oportunidades que podría obtener comercializando y dedicándose a la venta de la pelota de fútbol. y es ahí cuando inicia su andar por un camino que lo llevaría a recorrer gran parte de su vida junto a su familia.
En 1984 sin contar con medios de transporte propio, pero moviéndose de una ciudad a otra, se anima a la venta ambulante por las calles de la ciudad de Rosario. Allí conoció muchas personas, con las cuales trabó amistad, que le abrieron puertas para su propósito de venta.
Anteriormente Ramón había trabajado en el rubro transporte, eso facilitó por momentos, que pudiera trasladarse, de Ciudad en Ciudad gracias a muchos comisionistas que él conocía y le permitieran viajar sin costo alguno.
Con la ayuda de su compañera de vida, pudieron adquirir un vehículo, herramienta fundamental para los comienzos de Cairo.
Los años fueron pasando, con algo más de experiencia y necesidad de dar nuevos pasos, quería vender pelotas de mayor calidad; en Bell Ville solo se fabricaban pelotas de cuero y no se conocía del todo el material sintético, que homologaba F.I.F.A. y se animó a buscar una pelota “distinta”.
Las cosas no pasan por casualidad y en esa incansable búsqueda, otro empresario de la pelota de fútbol local le ofrece venderle su fábrica de pelotas; Ramón accede, y se encuentra con una importante cantidad de materia prima que pudo recuperar y aprovechar.
Ya con la fábrica preparada y con materia prima troquelada y lista, Cairo armo y vendió las primeras 700 unidades a un primo que se dedicaba a la venta de pelotas. Estas fueron hechas con cuero flor y/o vaqueta (lo mejor en calidad de cuero), eso le permitió afrontar los costos de la compra de las máquinas y materia prima en muy poco tiempo.
En un rincón de la fábrica, Cairo también se ganaba la vida con un kiosco y a partir del canje de una heladera exhibidora, pudo acceder a una maquina balancín que le permitiría realizar los cortes troquelados de los gajos para las futuras pelotas de Bell VilleClub..
Esa máquina “balancín” representó el comienzo de la producción con unas 200 pelotas mensuales y en 1998 un amigo le propone el desafío ofrecer pelotas a la Fundación Minetti.
El desafío fue aceptado, con ambición, tenacidad y un buen equipo de trabajo logra la venta de 5000 pelotas personalizadas a Fundación Minetti., Pelotas que fueron fabricadas en tiempo récord a pesar de la capacidad productiva de aquel entonces; Esa fue la primera acción promocional de Ramón Cairo.
Con mucho anhelo, como el de la mayoría de los emprendedores que comienzan a ver los resultados de sus esfuerzos, la Pelota Cairo comienza a rodar por clubes, comercios, shopping, agencias de deportes: la “Cairo” se comienza a conocer.
Pero la gran proyección (eyección) de Bell Ville Club como “Marca” fue en 2006, cuando el mejor jugador de la historia, Diego Armando Maradona eligió una pelota Cairo personalizada para su programa llamado “La Noche del 10”, con la que practicaba “futbol tenis” con grandes personalidades entre las cuales estuvo otro grande de la actualidad futbolística Lionel Messi.
Eso le permitió a Ramón comenzar a “jugar en primera” a partir de las repercusiones y publicidad que su producto pudo conseguir y por consiguiente nuevos clientes como la importante empresa de energizantes mundial “Red Bull” al adquirir pelotas personalizadas para un torneo mundial de “Free Style”.
Los contactos aumentaban y empresas como Mercedes Benz, Molicote, Filtros Fram, Sancor, La Serenisima confiaron en la Pelota Cairo y en 2007, apenas un año después del gran despegue con “La Noche del Diez”, una de las ligas más grande de nuestro país, la liga Cordobesa de Fútbol comienza hacer rodar en sus canchas la pelota Cairo.
Para Ramón Cairo la fabricación artesanal de la Pelota Fútbol siempre fue una pasión Sus logros obtenidos a través de los años, en diferentes campos de juego y encumbrados Clubes de nuestro bendito País, llevaron un solo estandarte…
Bell Ville, la ciudad donde se produjo la innovación más importante para el fútbol mundial, ya que en la actualidad se utiliza el mismo dispositivo de válvula, que tres pioneros de estas pampas gringa cordobesa inventaron en el año 1931.
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