Durante el siglo III a.c., en Egipto, se dice que se jugó por primera vez a la pelota como parte de un ritual dedicado a la fertilidad.
En la Edad Media, hubo muchos caballeros obsesionados por el juego con pelotas, entre ellos, Ricardo Corazón de León; quien llegó a proponer al caudillo musulmán Saladino, que dirimieran sus cuestiones sobre la propiedad de Jerusalén, con un partido de pelota.
Griegos y Romanos llevaron esta disciplina deportiva a las islas británicas. Y, a fines del siglo XVIII, ya se había convertido en deporte nacional inglés.
Al final del siglo XIX, los ingleses, introducen el fútbol en nuestro país tal como lo conocemos en nuestros días.